jueves, 31 de mayo de 2012

Richard Serra

 (San FranciscoEstados Unidos2 de noviembre de 1939) escultor minimalista estadounidense conocido por trabajar con grandes piezas de acero corten un tipo de acero que no permite que las piezas se corroan con el tiempo, como si fuera impermeableEl trabajo más temprano de Serra era completamente abstracto; hecho de plomo fundido lanzado contra la pared de un estudio o de un espacio de la exposición, era un claro ejemplo del process art.
En 1981, Serra instaló el Tilted Arc, un muro de acero de 3.5 metros de altura curvado suavemente en la plaza federal en Nueva York, los trabajadores protestaron hasta que al fin la cambiaron de lugar en 1989. 


Otro trabajo famoso de Serra es Snake (Serpiente), este fue establecido permanentemente en la galería más grande del Museo Guggenheim Bilbao. En 2005, el artista presento en el mismo museo, un conjunto escultórico titulado "La materia del tiempo".entrando a formar parte de la colección del museo. Expuestas tambien de forma permanente en la sala más grande del edificio de Frank O. Gehry, siete esculturas se unen a Snake (Serpiente) , creada para la inauguración del Museo Guggenheim Bilbao, conformando una instalación que el propio autor considera la creación más importante de su carrera. En 2006, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid anunció que una de sus esculturas, Equal-Parallel-Guernica-Bengasi, de 36 toneladas, “había sido perdida.” Serra realizó gratis un duplicado, que llegó al museo en diciembre de 2008 y que está expuesta al público en su colección permanente a partir de diciembre de 2009. 
Refiriendose a 'Tilted Arc' Serra dijo: 'Quitar el trabajo sería destruirlo, o es ahí o no será' La descomunal escultura fue desmantelada y convertida en chatarra, convulsionando al escenario cultural. 
¿Quién decide dónde situar el arte? ¿Los políticos? ¿La ciudadanía? ¿Los artistas? Según, Serra dijo: El arte no es placentero. No es democrático. El arte no es para el pueblo.

 'Charlie Brown', año 2000,central de Gap Inc., San Francisco
Su obra, en cambio, desmiente tan arriesgada afirmación. No hace falta saber nada para admirar su monumentalidad. Lejos de abrumar, las medidas de sus esculturas incitan al espectador a olvidar su rol pasivo, obligándolo a tocarlas y pasear entre ellas.




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